Cuando la ansiedad inunda al cuerpo

Cuando la ansiedad inunda al cuerpo

Paulina Estrada Posada

Respiraciones cortas y rápidas. Frío. La visión se vuelve borrosa. Se siente un hormigueo en el cuerpo. Hace mucho calor y aumenta la sudoración. Se hace más y más difícil recuperar el aliento, casi como si no hubiera aire para respirar. Se aceleran los pensamientos y parece necesario salir de la habitación. 

Estas son algunas sensaciones durante una crisis de pánico, la cual parece surgir de repente.

Cuando se percibe una amenaza y se siente en peligro, el cuerpo libera adrenalina. Con ella, el organismo se prepara para huir o luchar. El corazón y la respiración se aceleran, los conductos pulmonares se expanden y los vasos sanguíneos se dilatan. Todo para enviar suficiente oxígeno a los músculos, los cuales se tensan para la acción.

Quienes presentan niveles elevados de ansiedad, en ocasiones pueden presentar crisis de pánico. Estas personas comúnmente están más atentas a diferentes estímulos internos y externos, e identifican amenazas en situaciones cotidianas (que probablemente están relacionadas con momentos angustiantes en sus vidas).

Cuando las crisis de pánico aparecen es difícil razonar. Parece que la parte “lógica” de la mente se torna incapaz de controlar aquellas sensaciones que tanto incomodan. Por lo tanto es importante tomar contacto nuevamente con el cuerpo. En momentos de una crisis de pánico, algunas estrategias para volver a la calma pueden ser respirar diafragmáticamente, es decir, llenar la parte baja del abdomen con aire siguiendo un ritmo constante. Distraerse al focalizar o dirigir la atención a elementos del ambiente, como colores, texturas o formas; o llamar y buscar compañía con una persona de confianza. Los fármacos pueden ser de gran ayuda para algunas personas, por ello es importante realizar un trabajo interdisciplinario de manera oportuna.

A través de un proceso psicoterapéutico es posible aprender a manejar los ataques de pánico y la ansiedad subyacente, así como rastrear y comprender el sentido de su aparición. Con el acompañamiento de profesionales, se pueden identificar algunas señales que puedan detonar una crisis y construir estrategias a la medida para regularlas.